Pero he pensado mejor en escribir alguna vez: Es difícil ver con mis ojos lo que hay a mi alrededor, tu serenidad, mi mal comportamiento, tus miedos y mis risas; y no lo puedo remediar... Hace semanas estaba sin nada que temer y sin nada que revuelva mi cabeza, me enloquezca, me rompa, me destruya y me dé tranquilidad; y, cómo de la noche a la mañana, sales tú por un lugar tan escondido y vas lentamente metiéndote en mí, pues ahora acaparas toda mi atención! Era feliz con mi vida normal, todo empezaba a irme bien después de tanto tiempo, y ahora... ahora apareces tú. Tú, sí tú. Qué haces metida en mi cabeza, sabiendo que has estado por ahí divagando cerca de mí y sin que eso altere nada!! No se puede entrar en la vida de alguien sigilosamente y, en un momento dado, saltar y tocar algo que está muy protegido contra daños, pero no puedo explicarme cómo has conseguido entrar ahí. No voy a hacerme ilusiones, no quiero hacer cosas impropias de mí, tampoco me da la gana hacerlo; pero sólo te diré que eres la primera y la última persona en la que pienso cada día, que estoy celoso del carmín de tus labios y que con mis imperfecciones iré metiéndome lentamente en tu cabeza como tú has hecho conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario