8.11.10

A veces duelen...

No sólo las verdades duelen, sino también las palabras y los secretos. A la hora de tomar una decisión te arriesgas a que te haga daño el simple hecho de la reacción de la otra persona tanto sea cuando te muestras como eres, como cuándo dices tus más íntimos secretos que no quieres enseñar por miedo a hacer daño a los demas y a tí mismo. En el momento en el que lo dices todo se para, se queda todo en silencio, todo va a cámara lenta, quieres que no pase pero pasa; además de ver cómo la otra persona se derrumba o tú mismo te derrumbas en tus más profundos sentimientos... pero luego toca levantarse. A veces lo tienes que hacer, porque todos los secretos tarde o temprano salen a la luz. Todos tenemos miedo a que nos hagan daño, pero ¿somos capaces de aguantar millones de cosas que nos hagan daño o que simplemente sean verdades que nos remuerden por dentro y, qué pase el tiempo y sepas que lo has hecho, y qué todo el mundo te culpe por ello por un simple error que hayas cometido? A veces la gente es injusta, es rencorosa, hace daño y a veces lo hace queriendo. Pero bueno... a todos les llega su sanmartín. A veces las palabras, las verdades y los secretos duelen... y mucho!

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